Cuando se producen los accidentes de tráfico, es necesario realizar una serie de pruebas diagnósticas para determinar la magnitud de las posibles lesiones. Tras un primer análisis visual, un experto recomendará cuáles son las pruebas recomendadas para ajustar lo máximo posible el tratamiento del paciente.
Entre las pruebas que se suelen realizar tras los accidentes de tráfico hay dos que son frecuentes: la prueba de biomecánica y la termografía. Gracias a ellas es posible descubrir si han sido afectados los huesos, tejidos blandos y los nervios de una determinada zona del cuerpo.