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Los tipos de huellas de pies

La planta del pie es el principal punto de apoyo de todo el cuerpo. La forma en la que se marcan las huellas de pies dicen mucho sobre la pisada y la salud general de la postura que adoptamos al caminar o al estar parados en un punto fijo.

Si bien cada persona tiene una huella plantar distinta, y puede llegar a ser tan personal como las huellas dactilares que no hay dos iguales, las huellas de pies sí que se pueden modificar. De hecho, para aumentar la eficiencia de la marcha y la colocación de toda la estructura corporal, el trabajo de los expertos en podología ayuda a mejorar la salud del paciente en muchos aspectos.

¿Sabes qué tipo de huellas de pies tienes tú? ¿Tu pie tiene la forma correcta o precisa de algún tipo de intervención para evitar molestias al caminar o al hacer deporte? Resolvemos todas tus dudas a través del análisis de los tipos de planta del pie.

 

¿Qué es la huella plantar?

La huella plantar o huella de pie es la marca que deja el pie al apoyarlo sobre una superficie plana. Consiste en un método de valoración para diferenciar los tipos de pies, de manera que se pueda hacer una prevención en aquellas personas que tengan mayor riesgo de lesión.

Cuando las huellas de pies no tienen la forma considerada como normal en podología, estos están ligados al desarrollo de ciertas patologías.

La colocación del pie en una mala posición puede deberse a múltiples causas, ya sean hereditarias, por el tipo de calzado que se usa, o los hábitos al caminar que se adquieren en determinadas etapas de la vida.

 

¿Cómo es la huella plantar normal?

A través de un análisis biomecánico llevado a cabo por nuestro equipo de expertos en podología de Cefisa, se realiza un estudio minucioso de las huellas de pies en los pacientes. Conociendo qué partes del pie son las que se apoyan al caminar o al estar parados, se detectan las zonas de hiperpresión, alteraciones de la marcha, y otras características intrínsecas de cada huella de pie.

En la toma de huellas, el pie normal no presenta ningún tipo de deformidad a la hora de caminar. Durante la prueba biomecánica, en la huella del pie se marcan los dedos de apoyo, la parte metatarsal, el istmo, y el retropié o talón.

 

Tipos de huellas de pies

Además de la huella de pie normal, existen múltiples variedades de huellas de pies según el tipo de apoyo que se haga en la pisada. Entre las más comunes que se detectan en la consulta del podólogo para su tratamiento, destacan las siguientes:

Huella de pie plano

En un pie plano, la totalidad de la planta del pie contacta con el suelo, marcando una huella grande y completa, incluido el arco o puente. Aunque el pie plano es habitual en bebés y niños pequeños que comienzan a caminar, si se mantiene a partir de los 5 o 6 años, podría causar fallos en la marcha y dolor a nivel articular.

El pie plano puede ser flexible o rígido. En pacientes que tienen un pie plano flexible, el uso de plantillas modifica poco a poco la morfología de las huellas del pie, corrigiendo la forma del arco plantar.

Si el paciente tiene un pie plano rígido, que no ha sido corregido a tiempo, la única forma de modificar la pisada es a través de la cirugía. Gracias a esta intervención se reduce la fatiga muscular al caminar, dolor de tobillo y zona interna por pronación del pie o mayor apoyo del borde interno, además de otros síntomas molestos.

 

 

Huella de pie cavo

En un pie cavo, el arco del pie es más pronunciado, de forma que la parte que une el talón con la zona metatarsal, conocida como istmo, no llega a marcarse en la huella, o se marca en una menor medida.

Estos tipos de huellas de pies tienen el inconveniente de que el peso del cuerpo se reparte en una menor superficie, provocando sobrecargas en determinadas zonas del pie, sobre todo los metatarsos o parte anterior del pie. Con el tiempo, la persona que lo padece puede desarrollar lo que se conoce como dedos en garra o martillo.

Es muy común que los pacientes con pie cavo sufran de durezas en las zonas de mayor presión, así como dolores musculares en gemelos, sóleo o fascitis plantar. Para la corrección de este problema, evitando dolores y molestias, es muy importante realizar estiramientos y usar calzado adecuado con mayor elevación del talón o plantillas específicas.

 

Huella de pie valgo

Cuando las huellas de pies solo marcan la zona metatarsal y el talón, perdiéndose por completo la forma del arco, se considera pie valgo. La carga que soporta este tipo de pie al caminar se centra en el lado interno, produciendo alteraciones en las articulaciones del pie, la pierna y el tronco.

 

El pie valgo está relacionado con la desestructuración de los mecanismos biomecánicos del cuerpo, provocando trastornos como fascitis, juanetes o artritis de rodilla.

Con el tiempo, al desviarse el talón hacia el lateral, se producen múltiples lesiones y sobrecargas, afectando al equilibrio general del cuerpo por la supinación del pie, siendo el borde externo el que más contacta con el suelo.

 

¿Cómo se analizan los tipos de huellas de pies?

La forma de analizar los tipos de huellas de pies en la consulta de podología es a través de una técnica que se denomina estudio biomecánico de la pisada. Cuando el paciente sufre molestias al caminar o realizar determinados tipos de deportes, es imprescindible hacer una valoración biomecánica de la huella plantar.

El análisis del tipo de huella se puede hacer tanto en estático como en dinámico, utilizando diferentes pruebas. La más común es el uso de un detector de presión que informa de la carga que soporta el pie en cada zona de la planta. Esta se ve representada en una escala de colores, siendo los colores más cálidos las partes en las que el pie recibe mayor presión al caminar.

 

Además de la toma de la huella plantar con un estudio informatizado, se realiza una exploración física de la postura y movimiento del paciente con el fin de hacer un diagnóstico personalizado.

Las huellas de pies dan mucha información de la biomecánica de cada paciente, adaptando los diferentes tratamientos a sus necesidades. A través de ejercicios, técnicas de masaje manual, o el uso de plantillas, es posible prevenir y corregir patologías futuras que afectan tanto a la propia planta del pie como a la salud general del cuerpo.